Comienzo.

Un refrescante granizado de avellana.
¿Alguna vez habeis probado un granizado? ¿Y una avellana?
Yo sí, las dos. Pero siempre por separado. Ahora las junto para crear un maravilloso granizado de avellana.
Esta es mi historia, lo que en realidad pasó. Si alguna vez (que la habrá) te miento para que quede más bonito te lo diré. Por muy mínima que sea la mentira o por muy poco que se acerque a la realidad.
Blog. En gallego estudiamos lo que es eso. No voy a poner lo que significa. No porque ya se me haya olvidado, porque no he atendido, o porque simplemente me importe un bledo lo que sea. Sino más bien porque quiero que este blog sea lo que realmente debería ser. Es decir, no quiero que nadie aprenda nada con este blog.
¿Habeis oído hablar de la palabra educativo?
Yo una vez intenté ver un programa educativo. Me encantó. Ya no necesito CDs con el sonido del mar para dormir. Me basta con encender la tele y poner algún canal de esos. Para los que padezcan insomnio, se lo aconsejo. Para el resto, hoy en día está mejor salir un ratín con los amigos que hacer eso.
Bueno, sin más adornos claramente innecesarios, aquí os presento mi blog, que siempre será descrito como un blog con el que nadie aprendió nada.
Y sobretodo. Que no trata de granizados. Ni de avellanas.
Trata de granizados de avellanas.
Bienvenidos todos.

Gracias a mis Zarivia, club super-mega-hiper-guay (SY) . Gracias a mis compañeros de clase. Los deportistas, los frikis, los margis, el nuevo Chico Guapo, la que se enfada por todo y me importa un bledo, la que cotillea conmigo todo el rato, la deportista, la tonta, la loca. El tonto, el loco.
Pero sobretodo gracias a ti, por ser mi principal inspiración.